Guillermo Luna & Carola Lichtman, Nuevos Miembros del Club del Chariman de Bolivia
Herbalife ha abierto un mundo de oportunidades para Guillermo Luna y Carola Lichtman. Aunque cuando comenzaron sus circunstancias eran muy distintas. Desde el tiempo en que luchaba en Venezuela por salir adelante como estudiante de medicina, Guillermo sabía que quería ayudar a la gente, pero a la vez tenía que poder sostenerse a sí mismo. Solía hacer fila hasta por dos horas con tal de poder almorzar gratuitamente en la universidad, y de esta manera quedarse en la escuela a fin de convertirse en médico. Pese a todas las dificultades para seguir, encontró la manera de hacerlo.
El compromiso
A Guillermo le presentaron Herbalife por primera vez durante unas vacaciones de verano de la escuela de medicina en el año 1992. Se sintió atraído sobre todo por la oportunidad de negocio. Su Patrocinador, Alejandro Riviello, lo presentó con alguien que tuvo una influencia profunda en su vida: Nani Rancel, miembro del Club del Chairman. Escuchar a Alejandro hablar del negocio con tanto entusiasmo convenció a Guillermo de que se trataba de una oportunidad que no podía perderse. Pidió prestado el dinero para comprar un Paquete de Negocio Internacional (IBP) e iniciar el negocio.
Sin embargo, Guillermo inmediatamente empezó a tener dudas. “Tenía miedo de no saber vender” —recuerda. Cuando le llamó una tía para ordenar un programa de control de peso: “Pensé que la familia había reunido el dinero para hacerme sentir bien” —dice él entre risas.
La verdad, como se enteraría Guillermo más tarde, fue que su tía se había topado con una vecina, había visto lo bien que ésta lucía por usar los productos para control de peso Herbalife y quiso unos para ella. Poco después, la tía de Guillermotuvo éxito con los productos, sus amigas quisieron comprar los productos, y su negocio comenzó a crecer.
El momento del cambio llegó en 1993 cuando Guillermo reunió el dinero suficiente para ir a Miami y ver a Mark Hughes en un evento. Ahí se dio cuenta de que el potencial de Herbalife iba más allá de lo que jamás había imaginado. Fue entonces cuando se comprometió con Herbalife al 100%.
El Equipo del Presidente y más allá
Carola nació en un pequeño pueblo del norte de Bolivia llamado Riberalta. Creció al lado de su familia con algunas carencias materiales, pero llena de amor, sueños y grandes aspiraciones. Ella siempre trató de mejorar por medio del estudio, así fue que al terminar su bachillerato, decide estudiar Administración de Negocios en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Estaba preparando su tesis para obtener una maestría y a la vez buscaba un buen negocio donde invertir un dinero que había ahorrado con mucho esfuerzo, fue así que descubrió la oportunidad Herbalife. “Somos la combinación perfecta”, dice Guillermo. “Carola me enseñó a no trabajar por el dinero
sino a trabajar por las personas y sus metas”. Con respecto a cómo avanzar en el negocio, sugerimosa los Distribuidores que trabajen con metas semanales. “Los exhortamos a que asuman la plena responsabilidad de su éxito”.
Poner el ejemplo
Guillermo y Carola residen en Santa Cruz, Bolivia y disfrutan del estilo de vida que siempre soñaron. Asimismo, están profundamente comprometidos a ayudar a los más necesitados y alientan a otros a hacer lo mismo, ya sea ayudando a los niños desamparados, patrocinando equipos deportivos locales o apoyando cualquier iniciativa que la comunidad donde viven
requiera. “Seguimos el ejemplo de Mark de devolver a la gente lo recibido”, dice Carola.
El compromiso
A Guillermo le presentaron Herbalife por primera vez durante unas vacaciones de verano de la escuela de medicina en el año 1992. Se sintió atraído sobre todo por la oportunidad de negocio. Su Patrocinador, Alejandro Riviello, lo presentó con alguien que tuvo una influencia profunda en su vida: Nani Rancel, miembro del Club del Chairman. Escuchar a Alejandro hablar del negocio con tanto entusiasmo convenció a Guillermo de que se trataba de una oportunidad que no podía perderse. Pidió prestado el dinero para comprar un Paquete de Negocio Internacional (IBP) e iniciar el negocio.
Sin embargo, Guillermo inmediatamente empezó a tener dudas. “Tenía miedo de no saber vender” —recuerda. Cuando le llamó una tía para ordenar un programa de control de peso: “Pensé que la familia había reunido el dinero para hacerme sentir bien” —dice él entre risas.
La verdad, como se enteraría Guillermo más tarde, fue que su tía se había topado con una vecina, había visto lo bien que ésta lucía por usar los productos para control de peso Herbalife y quiso unos para ella. Poco después, la tía de Guillermotuvo éxito con los productos, sus amigas quisieron comprar los productos, y su negocio comenzó a crecer.
El momento del cambio llegó en 1993 cuando Guillermo reunió el dinero suficiente para ir a Miami y ver a Mark Hughes en un evento. Ahí se dio cuenta de que el potencial de Herbalife iba más allá de lo que jamás había imaginado. Fue entonces cuando se comprometió con Herbalife al 100%.
El Equipo del Presidente y más allá
Carola nació en un pequeño pueblo del norte de Bolivia llamado Riberalta. Creció al lado de su familia con algunas carencias materiales, pero llena de amor, sueños y grandes aspiraciones. Ella siempre trató de mejorar por medio del estudio, así fue que al terminar su bachillerato, decide estudiar Administración de Negocios en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Estaba preparando su tesis para obtener una maestría y a la vez buscaba un buen negocio donde invertir un dinero que había ahorrado con mucho esfuerzo, fue así que descubrió la oportunidad Herbalife. “Somos la combinación perfecta”, dice Guillermo. “Carola me enseñó a no trabajar por el dinero
sino a trabajar por las personas y sus metas”. Con respecto a cómo avanzar en el negocio, sugerimosa los Distribuidores que trabajen con metas semanales. “Los exhortamos a que asuman la plena responsabilidad de su éxito”.
Poner el ejemplo
Guillermo y Carola residen en Santa Cruz, Bolivia y disfrutan del estilo de vida que siempre soñaron. Asimismo, están profundamente comprometidos a ayudar a los más necesitados y alientan a otros a hacer lo mismo, ya sea ayudando a los niños desamparados, patrocinando equipos deportivos locales o apoyando cualquier iniciativa que la comunidad donde viven
requiera. “Seguimos el ejemplo de Mark de devolver a la gente lo recibido”, dice Carola.
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